martes, 6 de agosto de 2013

Aproximación al Castillo de Peñíscola



Antecedentes

Seguramente el edificio más emblemático de Peñíscola es su imponente fortaleza situada en lo alto del peñón. Desde griegos y fenicios hasta la actualidad, Peñíscola ha sido elegida por su posición geoestratégica y su inexpugnable seguridad como plaza fuerte. Aunque el registro escrito y arqueológico no es muy exacto, parece probado que entre el año 718 y 1233, bajo dominio árabe, se construye una inexpugnable fortaleza desde donde  se controlaba la zona y pirateaba a los vecinos cristianos del norte.


A pesar del intento en  1225 por parte de Jaime I de tomar la ciudad, ésta no pasaría a la Corona de Aragón hasta 1233, cuando ésta se entregaría pacíficamente después de quedar aislada por tierra tras la conquista cristiana de Burriana.
 

Construcción

Sobre esta base, la Orden del Temple, dirigida por Berenguer de Cardona, tras serles cedido el enclave por Jaime II a cambio de Tortosa, construyó de 1294 a 1307 el baluarte que podemos admirar hoy (excepto la parte destruida en 1814 durante la guerra de la Independencia), convirtiéndose en uno de los referentes más importantes de fortalezas templarias.
El Castillo de Peñíscola es una sólida construcción que combina la sobriedad con la funcionalidad, explotando al máximo el terreno para convertirlo en una excelente posición defensiva. Situado a 65 metros sobre el nivel del mar, domina el peñón al que solo puede accederse desde tierra por un estrecho paso. Construido a imagen de otras construcciones templarias posee muchas similitudes con Tortosa, Miravet…
 
Esquema del Castillo - Imagen Provisional 
 

Evolución

Desde entonces no ha sufrido modificaciones relevantes. Felipe II acondicionó algunas zonas para el uso de la artillería y posteriormente sufrió los citados daños durante la Guerra de la Independencia, cuando el ejército francés, dirigidos por el general Suchet,  tras bombardear la ciudadela duramente consigue tomar el castillo, solo para perderlo poco después gracias a un subterfugio del general español Elío.

Actualmente ha sido acondicionado para su visita y uno no puede dejar de sorprenderse por el buen estado de conservación del emplazamiento y es una visita muy recomendable para cualquiera.

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